MARÍA ÁNGELES GUZMÁN

La relación entre las personas y los objetos que les han acompañado a lo largo de los tiempos es el leifmotiv de la exposición que el Museo Nacional del Prado presenta en el Bellas Artes de Sevilla hasta el 29 de enero. Comisariada por Fernando Pérez Suescun y organizada junto a la Obra Social La Caixa (con la colaboración de la Fundación Cajasol y la Junta de Andalucía), la muestra titulada Los objetos hablan reúne una selección de 58 pinturas y objetos de las principales escuelas representadas en el Prado entre los siglos XVI y XX.

Autores como Sofonisba Anguissola, Ribera, Goya, Vicente López, Raimundo de Madrazo, Sorolla, Velázquez, Murillo o Zurbarán, entre otros artistas españoles de prestigio internacional, forman parte de esta interesante exposición que llega a Sevilla tras haber visitado varias ciudades españolas. Además, el público sevillano puede disfrutar de Hércules y la hidra de Lerna, una obra de Juan Bautista Martínez del Mazo que no ha podido ser contemplada en las sedes anteriores y que se incorpora a la selección del Prado en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Una selección exclusiva del Museo Nacional del Prado

La exposición Los objetos hablan surge del programa educativo del Museo Nacional del Prado, puesto en marcha en el año 2009. Esta novedosa serie de exposiciones didácticas pretenden ofrecer una mirada transversal sobre las colecciones de uno de los centros artísticos más importantes del mundo. La muestra que ahora se presenta en Sevilla llega después de su exhibición en los centros CaixaForum de Zaragoza, Lleida, Girona y Tarragona; la Casa de Iberoamérica en Cádiz; el Espacio Cultural Fundación CajaCanarias en Santa Cruz de Tenerife; el Palacio Municipal de Exposiciones Kiosco Alfonso en A Coruña; y el Centre del Carme en Valencia.

De esta manera, las 58 obras que integran la muestra proceden exclusivamente del Museo del Prado, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de disfrutar de una cuidada selección de pinturas, objetos de artes decorativas y piezas de primer orden de los principales pintores y escultores europeos de los siglos XVI al XX. Las obras seleccionadas, que van desde un San Jerónimo realizado en el taller de Jan Massys hacia 1530-40 hasta la figura de una mujer en la playa pintada por Cecilio Pla en la segunda década del siglo XX, plantean una visión sobre los objetos que acompañan a hombres y mujeres en su vida cotidiana o en momentos de especial significación. Desentrañar qué información nos dan los objetos sobre esos personajes, su época o su contexto geográfico, o qué significado oculto puede tener alguno de ellos, es el principal cometido de esta muestra.

'Los objetos hablan' en una sala del Museo de Bellas Artes. Fotografía: Fundación Cajasol

‘Los objetos hablan’ en una sala del Museo de Bellas Artes de Sevilla. Fotografía: Fundación Cajasol

El lenguaje de los objetos en la Historia del Arte

De esta manera, la exposición se articula en torno a cuatro secciones temáticas: «La clave está en el objeto», «Los objetos nos retratan», «Un mensaje escondido» y «El coleccionismo».

La clave está en el objeto. La primera sección de la exposición propone una mirada en profundidad sobre algunas obras para descubrir que el objeto u objetos que aparecen en ellas son fundamentales para entender qué quiso transmitir el artista. Es el caso, por ejemplo, del Autorretrato de Carlos María Esquivel, o de El charlatán sacamuelas, pintado por Theodoor Rombouts, en el que el artista se recrea en la representación de todo el instrumental quirúrgico.

En primer plano, 'Niña con muñeca', de Ignacio Pinazo (s. XIX). Fotografía: Fundación Cajasol

En primer plano, ‘Niña con muñeca’, de Ignacio Pinazo (s. XIX). Fotografía: Fundación Cajasol

Los objetos nos retratan. En este apartado se presentan los objetos que definen a hombres y mujeres como individuos particulares o como miembros de una sociedad determinada. Es el caso de la vestimenta que llevan Isabel de Francia, reina de España, de Frans Pourbus, o El cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga, retratado por Goya. Por otro lado, los alimentos que muestran los ricos bodegones de cocina y de mesa hablan de costumbres gastronómicas y del contexto socioeconómico en que fueron pintados estos cuadros, pero también del poder adquisitivo de quienes los encargaron.

Un mensaje escondido. Muchos cuadros encierran un mensaje oculto o simplemente ofrecen una información que el espectador no es capaz de percibir en un primer momento. En ocasiones, los objetos que acompañan a los protagonistas de algunas pinturas tienen un valor simbólico como las flores que Zurbarán escondió en el hábito de San Diego de Alcalá, o qué significa el toisón de oro que aparece en Felipe II, de Sofonisba Anguissola.

'Armadura Blanca', Anónimo (siglo XVII). Fotografía: Fundación Cajasol

‘Armadura Blanca’, Anónimo (siglo XVII). Fotografía: Fundación Cajasol

El coleccionismo es el último apartado de la exposición y está integrado por pinturas como el Retrato de Carlos II, de Carreño de Miranda, en la que plantea precisamente tanto por el placer que supone la posesión y disfrute de determinados objetos, como por el prestigio y reconocimiento social que pueden otorgar tales colecciones. La muestra incluye también una serie de objetos que, con el paso de los años, han perdido su utilidad y se han convertido en piezas de museo como pueden ser una armadura blanca o la paleta del pintor Eduardo Rosales.