En los primeros 90, el sevillano Rafael López trabajó un verano entero a destajo para comprarse un fax. Acaba de fundar una compañía de discos en Sevilla y si quería contactar con artistas extranjeros, el hoy anacrónico aparato le podía poner las cosas mucho más fáciles que el envío postal con el que venía desenvolviéndose.
Había empezado vendiendo fanzines y singles de uno en uno, con la ayuda de sus amigos. Pero la comunicación no fue la única dificultad que se encontró entonces: su ciudad estaba completamente alejada de los circuitos habituales de la música y era un páramo en relación a esta industria. En este sentido, su idea, como bien indica el nombre, no podía ser más marciana. Justo en aquellos días el indie español empezaba a hacer boom y López, que abrió su primera oficina en su dormitorio de la casa de sus padres, supo verlo venir. Planteó un modelo de negocio que contemplaba todos los servicios que los artistas pueden esperar de un sello independiente: promoción, distribución, booking, publishing y management.
23 años y más de 50 discos después, Green Ufos es un clásico en la escena alternativa española y está entre las cinco distribuidoras más importantes del país en este campo, a pesar de que los días de vender miles de copias de Antony and the Johnsons empiezan a perderse en la lejanía del tiempo. Pero han distribuido y promocionado más de 2.000 referencias de grupos nacionales e internacionales, de países como Francia (en el que se especializaron), Bélgica, Alemania, Suecia, Italia, Austria y Noruega, entre otros.
Lo consagrado y lo desconocido
De la misma manera que programaron a Yann Tiersen en Sevilla en pleno boom de la película Amélie, o que han celebrado el aniversario de los consagrados La Habitación Roja, también han dado a conocer en la ciudad a artistas como Lali Puna y Will Oldham. En sus filas también figuran nombres internacionales como Dominique A, At Swim Two Birds, Lloyd Cole, Then Comes Silence…
Tras la caída del sector por la crisis del formato, se han especializado en la celebración de eventos musicales, como el South Pop, cita que se vio afectada por la crisis y cuya edición sevillana (celebran otra en Isla Cristina) quedó reducida, a su pesar, a un formato bienal. “Ojalá fuera anual o semestral y, por nosotros, incluso semanal, pero al mal tiempo buena cara, tuvimos que aceptarlo a cambio de sobrevivir”.
A pesar de esta circunstancia que les impide tener un público verdaderamente fiel, el South Pop Sevilla ha calado en la ciudad. Su propuesta es un modelo diferente dentro del vasto panorama de festivales patrios, pues la prioridad es poner el acento más en la experiencia del asistente que en el cartel en sí. “Se trata de que el público se sienta el centro. Es una cita pequeña, en un espacio recogido, en la que se disfruta de la música pero no sólo. Se pueden descubrir nuevos artistas y tendencias, ese es nuestro papel, actuamos como seleccionadores, apostamos por bandas que no se hayan prodigado aún en Sevilla y también con la idea de atraer a gente de fuera, una incorporación que hemos notado especialmente en el South Pop Isla Cristina”.
Festivales todo el año
Junto a este festival, y en la línea de adaptarse a los tiempos, Green Ufos ha creado otras citas como Nocturama, donde refrescan las noches de la canícula sevillana con actuaciones de grupos consolidados; El Día de la Marmota, un festival de invierno y de dos días con especial atención a la escena local; y Mister Saturday, un evento que se celebra una vez al mes o cada dos semanas y en el que se invita al público a bailar con distintos djs a plena luz del día. El escenario para todos ellos es el patio del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, en el Monasterio de la Cartuja.
Más de 3.000 personas pasaron por la última edición de El Día de la Marmota, festival con el que pretendían vincular la música al aire libre también al invierno, pues Sevilla reúne unas condiciones óptimas para ello. 22 conciertos totalmente gratuitos de bandas locales y de ciudades como Murcia, Granada… y con colaboradores como Radio 3.
Sin embargo, López considera que este éxito no tiene su correspondencia en apoyos ni en los medios de comunicación: “Green Ufos es una empresa kamikaze que desarrolla sus ideas tenga o no ayudas. Lo importante es celebrar conciertos, de una manera o de otra. Sin embargo, a menudo se habla del apoyo a nuevos emprendedores pero nunca a los que llevamos emprendiendo mucho tiempo y, además, celebrando actividades con un éxito patente. ¿3.000 personas y nadie lo menciona? Me preocupa cierta desconexión de los medios con el mundo de la música pop. Las entidades públicas deberían cuidar más no sólo lo que se tiene y lo que funciona bien, sino también lo nuevo. Vivimos en una situación de montaña rusa y echo de menos apoyos de la Consejería de Cultura, del Instituto Andaluz de la Juventud… no hay una política continuada en este sector de la cultura”.
A pesar de estas vicisitudes, Green Ufos sigue ideando nuevos modelos para el disfrute de lo que más les importa, la música. “Lo más divertido es el proceso de creación, aunque haya ideas que se queden en el camino. En cuanto algo empieza a funcionar, ya tenemos puesta la cabeza en pensar algo diferente. Estamos en un punto de querer ofrecer actividades todas las semanas, reorganizando la empresa para que tenga mayor elasticidad y que funcionemos como micro grupos de trabajo”, adelanta. Actualmente, tres trabajadores y un grupo variable de colaboradores componen el equipo de la promotora.
Por otra parte, López festeja que Sevilla haya cambiado en los últimos años en lo relativo a la escena, con la aparición de nuevas bandas y artistas que ya suenan a nivel nacional (Pony Bravo, Miraflores, El Imperio del Perro, Niño de Elche, Chencho Fernández…), y de otras empresas dedicadas a la promoción. Competencia, en otras palabras, pero también un acicate para no adormecerse. “Sevilla ya es uno de los principales mercados de música en España, estamos viviendo un boom a pesar de que el nivel de vida no es el otras capitales como Bilbao o Valencia. Para nosotros es prioritario dar salida a los grupos locales porque creemos que hay mucha calidad”.