Favorecer el desarrollo sostenible de las producciones agrícolas y de los terrenos de cultivo es la misión principal de la empresa sevillana AMC Chemical & Trichodex. Aprender de la naturaleza a una escala microscópica para ayudar a gestionar sus recursos naturales. Ha logrado abrir paso a nivel internacional a la comercialización y uso de sus productos biotecnológicos, para que sustituyan a los pesticidas, fertilizantes y plaguicidas químicos empleados generalmente en el campo. Con la ayuda de microorganismos naturales no modificados genéticamente, y con nanotecnología como investigación aplicada, ofrece productos de protección de cultivos, correctores de suelo, correctores de carencias o bioestimulantes de plantas. Todos menos agresivos con el medio ambiente y favorecen la fertilidad de las tierras y el incremento de la producción. Desde AMC Chemical & Trichodex, en la disyuntiva entre ser útil a la agricultura ecológica o vincularse a la introducción de transgénicos para los cultivos, tienen claro que su opción es la primera.
AMC Chemical & Trichodex cuenta con más de 30 personas en plantilla y en 2014 facturó 7,5 millones de euros. Su sede central está en el Polígono Industrial La Isla, en el área metropolitana de Sevilla. Posee filiales en países como Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela, donde han iniciado un plan de desarrollo a cinco años vista para incrementar la comercialización de fitosanitarios biológicos para el control de plagas específicas en cultivos como el banano, el café y el arroz. Además, sus productos están presentes en más de 40 países, entre los que se encuentran Guatemala, República Dominicana, Costa Rica, El Salvador, Belice, Portugal, Grecia, Italia, Francia y Alemania, entre otros.
Investigación y fabricación
Carmelo Expósito, Juan López, Arturo Barrera y Francisco Pérez Barrera crearon en 1991 AMC Chemical, dedicada desde sus inicios a “la fabricación de productos químicos procedentes de materias vegetales”. En la actualidad, constituye la línea más arraigada de la empresa. Dedica su actividad a producir productos ya consagrados en el mercado como correctores salinos para suelos y aguas, correctores de carencias nutricionales en las plantas, bioestimulantes y vacunas ecológicas, entre otros.
Tres años después, en 1994, Francisco Pérez Barrera, junto a sus socios, fundaron Trichodex, línea principal de la empresa en la actualidad y referente en investigación dentro del campo de la biotecnología aplicada al desarrollo sostenible de la agricultura. Trichodex desarrolla su actividad en torno a los trichodermas, hongos que permiten prevenir la aparición de enfermedades fúngicas en los cultivos, y del que Trichodex recibe el hombre. Además, desarrolla extractos húmicos, bioenzimáticos. antinemátodos biológicos, correctores específicos para evitar enfermedades de los cítricos, enraizantes, productos combinados para el engrose de frutos, fitofortificantes, que hacen que la planta se proteja frente a otros patógenos y parásitos; abonos…
Reemplazar sustancias químicas por productos biológicos
“En Trichodex, donde tenemos el valor añadido, contamos con un equipo de ocho personas en el laboratorio que hace investigación + desarrollo + innovación (I+D+i) y control de calidad”. Sin duda, como indica Francisco Pérez Barrera en una entrevista concedida a El Correo, el valor añadido de Trichodex reside en sus investigaciones. Como se puede leer en su web, “el mayor esfuerzo va dirigido al desarrollo técnico de productos implicados en el control biológico de enfermedades y plagas que causan daños y pérdidas económicas importantes en la agricultura; así como la elaboración de biofertilizantes y biofortilicantes, en base a microorganismos.” El objetivo de Trichodex es reemplazar las sustancias químicas por productos biológicos no dañinos con el medio ambiente, razón por la cual la investigación es fundamental.
La empresa cuenta con un departamento formado por químicos, biólogos y técnicos agrícolas, encargado de detectar problemáticas existentes en el campo para encontrar en los laboratorios soluciones tempranas para cada cultivo. Participa en numerosos proyectos de investigación, tanto con entidades privadas como públicas, entre las que se encuentran el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, o universidades españolas como la de Sevilla. Y destina a un 10% de su facturación a I+D+i interno.
Fruto de estas investigaciones, la compañía cuenta con cinco patentes internacionales, la primera de ellas a partir del hongo trichoderma. En 2012 iniciaron un nuevo estudio, conjuntamente con la Universidad CEU San Pablo de Madrid, para desarrollar una patente a nivel mundial con la que registrar unos sistemas de bioestimulación de microorganismos a niveles nanomolares: con muy pequeña cantidad se produce un efecto de estimulación de la raíz, las frutas, las flores… que puede llegar al 20 por ciento.
Para la empresa, el seguimiento posterior de los productos es tan importante como la propia investigación. Por ello, AMC Chemical & Trichodex cuenta con un departamento de calidad encargado de supervisar los procesos de producción, así como los productos terminados, garantizando su fiabilidad.
Alianza para el Proyecto Abioagrin
En 2011, AMC Chemical, junto a Biomasa Peninsular, Fertiberia, Resbioagro, Agq Labs y Sat Grufesa, aunaron esfuerzos con el objetivo de desarrollar nuevas tecnologías basadas en microorganismos. El objetivo era incrementar el rendimiento de los cultivos sin el uso de productos químicos, o el mínimo posible. Al mismo tiempo, se pretende conseguir un control eficaz de enfermedades y plagas con productos biológicos.
Además de fomentar la agricultura ecológica, (mejorando el rendimiento de los cultivos, la actividad biológica del suelo o incluso la eficiencia de la planta para aprovechar los nutrientes) este proyecto se planteó para actuar sobre el rendimiento de cultivos de alto interés económico y social para Andalucía, como son los cultivos hortícolas (tomate, pimiento, fresas), olivar, cereales (arroz, maíz) y reutilizar las grandes cantidades de residuos vegetales procedentes de estos cultivos para la elaboración de un compost de ‘biomasa vegetal’ con alto valor añadido. Con ello, no solo se incrementa la producción de las cosechas, sino que se aumentan los beneficios económicos y sociales para el entorno.
Reconocimientos
El trabajo de AMC Chemical & Trichodex para producir productos sustitutivos de pesticidas químicos han dado como resultado el reconocimiento del Cedeti (Centro Español para el Desarrollo Tecnológico Industrial), como empresa productora de alternativas ecológicas rentables. Además, Dun & Bradstreet incluyó a AMC Chemical & Trichodex en su estudio Prestige Rating Book tras considerarla como una de las mejores empresas españolas.