Expresividad, temperamento, madurez y una técnica sobresaliente son sólo algunas de las virtudes de la joven pianista georgiana Khatia Buniatishvili. Perteneciente a una generación de instrumentistas que triunfan en la escena de música clásica mundial, con solo 29 años, Buniatishvili ha alcanzado una madurez excepcional en la interpretación y un enfoque artístico distintivo en el que su espíritu romántico y melancólico destaca incluso por encima de su cuidada técnica. A este respecto, la artista (habitual en los mejores auditorios de Nueva York, Londres, París, Berlín y Viena) ha declarado tocar el piano de una forma instintiva, libre y acorde con su fisiología, más allá de prestar especial atención a su destreza al teclado.

Su primer álbum, publicado en 2011 y dedicado al compositor que revolucionó la técnica pianística en 1811, Franz Liszt, ya fue saludado por la crítica internacional como la revelación de un nuevo y prometedor talento. Su segundo álbum con la Orquesta de París y Paavo Järvi se centró en otro de sus compositores más queridos: Chopin. El tercero, Motherland, dedicado a su madre, es un compendio muy variado de composiciones, desde Bach a Párt que, por alguna razón, Khatia Buniatishvili, considera íntimas y familiares, pues son obras que han acompañado su trayectoria personal. El álbum ha confirmado la imaginación, virtuosismo, madurez interpretativa y temperamento de la pianista, entre otros calificativos, con los que la crítica internacional describe el talento de esta artista, considerada por The Independent “la joven agitadora de Georgia”. Kaleidoscope es el título de su último trabajo publicado en enero de 2016 en el que combina las obras Pictures at an exhibition de Modest Mussorgsky, La Valse de Ravel y Petruschka de Stravinsky.

En el concierto que ofrecerá en el Teatro Maestranza interpretará las siguientes obras: Gaspard de la nuit, de Ravel; Reminiscencias de Don Juan, de Franz Lizst (su compositor fetiche); Rapsodia n. 2, de Lizst; y Petruschka de Stravinsky.