La Sala, ubicada en la Plaza del Pumarejo, y cuya programación musical está dedicada sobre todo a la canción de autor, acoge el sábado 2 de abril el concierto de Pablo Guerrero, uno de los cantautores españoles con mayor recorrido, y referencia a seguir por artistas actuales como Ismael Serrano, Javier Álvarez o Nach. El compositor y poeta presentará en directo su último trabajo, «Catorce ríos pequeños», publicado en 2015.
Nacido en Esparragosa de Lares (Badajoz) en 1946, Pablo Guerrero marchó pronto a Madrid donde se empapó de poesía mientras cursaba la carrera de Filología y Letras. En 1969 comienza su carrera profesional presentándose al Festival de Benidorm en el que resulta ganador en el apartado de letra. Será en 1972 cuando publique su primer LP, titulado “A cántaros”, donde se incluye la canción homónima que supondría una revolución en el panorama musical español, convirtiéndose en un auténtico himno en la época. En 2013 se publicó, con una gran acogida, «Lobos sin dueño», la antología que celebraba los 40 años del histórico «A cántaros», recuperando la obra del cantante y compositor extremeño.
A pesar de haber desarrollado su carrera en Madrid, Pablo Guerrero nunca ha abandonado sus raíces extremeñas. Musicalmente parte de armonías y melodías tradicionales de su tierra, aderezadas con sonidos del folk americano, rock, jazz o flamenco. A mediados de los años 80 introduce ritmos africanos y de otras culturas, además de sonoridades más vanguardistas como el minimalismo o la música electrónica.
Pablo Guerrero ha alternado su carrera como cantautor con la edición de libros de poemas que ha ido publicando desde el año 1989. La relación entre música y literatura en el extremeño es inseparable, tanto que en 2009 se plantea un nuevo reto en su trayectoria como cantautor y poeta musicando poemas de escritores extremeños en el disco “Luz de Tierra”.
Su último trabajo discográfico veía la luz el año pasado bajo el título de “Catorce ríos pequeños” cuya gira de presentación llega el sábado 2 de abril a La Sala. Las catorce canciones que componen el disco pasan por distintos tonos emotivos: humor, rabia y sarcasmo se unen para ofrecer un canto a la Naturaleza. Como todos los discos de Pablo Guerrero, como toda su poesía, «Catorce ríos pequeños» está lleno de latidos, de humanidad, de unión, de luminosidad, de calidez, de misterio.