A ocho kilómetros del término municipal de Villanueva del Río y Minas, y en el interior de una finca privada, encontramos una de las ciudades romanas más bellas e insólitas de las encontradas en la Península Ibérica: Munigua (recomendamos el documental elaborado por RTVE al que se puede acceder en el enlace anterior). Descubierto en 1756 por dos investigadores de la Academia de Buenas Letras de Sevilla, el yacimiento está siendo investigado y excavado por arqueólogos del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid desde los años 50. A diferencia de otras ciudades romanas como Itálica o Baelo Claudia, la función de Munigua fue principalmente sagrada. Entre sus restos destacan el Santuario, que corona la colina, el foro, la basílica, las casas, termas y la necrópolis.

Munigua cuenta con dos períodos de ocupación. El prerromano abarca desde el siglo IV a.C. hasta la época de Augusto en el que la actividad principal era la fundición de hierro. Hasta tal punto estaba desarrollada la metalurgia en dicha localidad prerromana que los curatores (funcionarios romanos encargados de sanear las administraciones locales) pusieron sus ojos muy pronto en Munigua. Es en el siglo IV a.C. cuando comienza, de forma tímida, la explotación minera, que irá en aumento en los siglos posteriores. Durante su época romana, la ciudad fue elevada a condición de municipio pasando a llamarse Municipio Flavio Muniguense. Su período más floreciente corresponde al siglo II, comenzando a languidecer a partir del siglo IV.

Dirigida a un público familiar, la visita del 3 de abril organizada por Engranajes Culturales brinda la oportunidad de conocer uno de los restos arqueológicos de interés así como disfrutar de una jornada de senderismo en la que descubrir la geología, la fauna y la flora del entorno. Durante la ruta, que discurre por el interior de una finca privada, se puede disfrutar del paisaje que brinda la Sierra Norte de Sevilla en un paraje donde abundan los pinos, chaparros y encinas.