Monasterio de San Isidoro del Campo
El enclave monumental de San Isidoro del Campo (Santiponce) esconde entre sus muros algunos de los acontecimientos históricos más importantes de nuestro país. Fue en el monasterio sevillano donde se leyeron y tradujeron libros prohibidos por la Inquisición y donde se inició, en el siglo XVI, la traducción de la Biblia al castellano. El monasterio fue edificado sobre una mezquita mozárabe en 1301 por lo que en su estilo arquitectónico predominan, fundamentalmente, el gótico y el mudéjar.
La visita que organiza Engranajes Culturales el próximo sábado 12 de marzo permite descubrir esta joya histórica a través de piezas de música antigua religiosa y profana, europea y española, como Al villano se la dan (Anónimo), Claros y frescos ríos (Mudarra), Hoy comamos y bebamos (Juan de la Encina) o Salve Regina (Barbara Strozzi). El componente artístico también ocupa un peso importante en la visita ya que San Isidoro del Campo cuenta con una de las obras más representativas de la imaginería sevillana del barroco: el retablo de Juan Martínez Montañés esculpido en 1613. Expertos en Historia del Arte como José Hernández Díaz y Palomero Páramo coinciden en el excepcional valor de la obra de Montañés en el monasterio aljarafeño en el que además se encuentran dos de las tres únicas figuras no sagradas que el escultor realizó a lo largo de su vida: los orantes Don Alonso y Doña María Alonso Coronel.
Ciudad romana de Munigua
De Santiponce viajamos dirección Sierra Morena, hacia Villanueva del Río y Minas municipio donde encontramos una de las ciudades romanas más bellas e insólitas de las encontradas en la Península Ibérica: Munigua. Descubierto en 1756 por dos investigadores de la Academia de Buenas Letras de Sevilla, El yacimiento está siendo investigado y excavado por arqueólogos del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid desde los años 50. A diferencia de otras ciudades romanas como Itálica o Baelo Claudia, la función de Munigua fue principalmente sagrada. Entre sus restos destacan el Santuario, que corona la colina, el foro, la basílica, las casas, termas y la necrópolis.
Munigua cuenta con dos períodos de ocupación. El prerromano abarca desde el siglo IV a.C. hasta la época de Augusto en el que la actividad principal era la fundición de hierro. Durante su época romana, la ciudad fue elevada a condición de municipio pasando a llamars Municipio Flavio Muniguense. Su período más floreciente corresponde al siglo II, comenzando a languidecer a partir del siglo IV.
Dirigida a un público familiar, la visita del 13 de marzo organizada por Engranajes Culturales brinda la oportunidad de conocer uno de los restos arqueológicos más importantes (y desconocidos) de Europa así como disfrutar de una jornada de senderismo en la que descubrir la geología, la fauna y la flora del entorno para entender por qué, precisamente allí, se desarrolló un asentamiento minero en época romana.