Se llama Miranda y está destinado a convertirse en el asistente virtual que reinvente el concepto de hogar inteligente. Su desarrollo no está teniendo lugar en Silicon Valley, sino en una casa unifamiliar del Aljarafe sevillano, en el término municipal de Sanlúcar la Mayor, donde la startup Smart IoT Labs tiene su cuartel general. Este nuevo «mayordomo» virtual da un paso más en la aplicación de la inteligencia artificial a la domótica. A diferencia de los altavoces inteligentes Alexa (Amazon) o Google Home, Miranda es capaz de percibir la casa, aprender los hábitos familiares, razonar y tomar decisiones relacionadas con la salud, el confort, el ahorro energético o la seguridad. Y lo más importante: lo hace sin cámaras, micrófonos o conexión a internet, respetando escrupulosamente la privacidad de los usuarios y devolviéndoles el control total de sus datos personales.

El prototipo fue presentado en enero de 2019 en la edición de la prestigiosa feria tecnológica Consumer Electronic Show (CES) celebrada en Las Vegas (Estados Unidos). Asimismo, la empresa ha sido una de las 9 seleccionadas por el ICEX para participar en la novena edición de Desafía San Francisco, un programa de inmersión en Silicon Valley, y que supone el punto de partida para entrar en el mercado norteamericano.

Tres socios con currículos brillantes para emprender

Smart IoT Labs comenzó a dar sus primeros pasos en 2017. Diferentes circunstancias laborales hicieron coincidir a José Murillo, Valentín Rangel y Jesús González, los tres socios fundadores que ya entonces compartían una amplia experiencia a nivel internacional en empresas de software y hardware de primer nivel, donde han ocupado puestos de dirección, con amplios conocimientos de inteligencia artificial, Internet de las Cosas y gestión de ventas.

En una entrevista realizada por Juan Luis Pavón, director de Sevilla World, Jesús González relata cuáles fueron las circunstancias que le llevaron a fundar la startup junto a sus socios. Jesús González fue uno de los primeros trabajadores de Indisys, startup fundada por Pilar Manchón y Gabriel Amores, dedicada al reconocimiento de voz y creación de asistentes virtuales, mucho antes de que existiera la famosa Siri de Apple. Allí estuvo ocho años, llegando a convertirse en socio de la empresa. Cuando el gigante Intel compró el 100% de la compañía, llegó a trabajar bajo las órdenes de directivos como Bruce Horn, que había participado con Steve Jobs en diseñar el primer Mac; Jim Firby, que había destacado en Microsoft y en la NASA; y Steven Holmes, que es vicepresidente de Intel y había triunfado en Amazon y en Nike. Cuando Intel decidió cerrar su división sevillana en 2018, y a pesar de varias ofertas internacionales, Jesús González apostó por emprender desde Sevilla para «crear tecnología que compren en cualquier lugar del mundo y contribuir a crear riqueza en Andalucía con el talento que tenemos».

Con respecto a sus dos socios y cofundadores de Smart IoT Labs, Jesús González descubre que José Murillo, durante muchos años responsable de grandes cuentas de Microsoft en Andalucía, y a quien ya conocía de Indisys, había salido de la empresa y quería crear una startup de inteligencia artificial aplicada al hogar. El tercer socio en sumarse al proyecto, Valentín Rangel, es fundador y propietario de Solutia, empresa de tecnología para educación, que fundó con 3.000 euros y ya factura 30 millones.

La mejor oficina posible: una casa que sirve como ‘living lab’

A día de hoy cuentan con un equipo de nueve profesionales con perfiles como analistas de datos, ingenieros de software, electrónicos y diseñadores industriales. A finales de año esperan contar con una plantilla de 40 trabajadores. Asimismo, la ubicación de la startup en un chalet de Sanlúcar la Mayor, en lugar de hacerlo en el Parque Tecnológico de la Cartuja o en una incubadora de empresas, responde a un motivo claro: su oficina es un «living lab», una casa plagada de sensores donde se entrenan los algoritmos de inteligencia artificial para probar qué sucede y qué datos se obtienen sobre sus hábitos.

El equipo de Smart IoT Labs en su oficina situada en un chalet del Aljarafe sevillano

Miranda, el asistente virtual que se anticipa a lo que necesitan los usuarios

El objetivo de Smart Iot Labs es adelantarse a la siguiente generación de asistentes virtuales. La principal diferencia con los dispositivos que están comenzando a llegar a los hogares, como el Alexa de Amazon, en el que también ha trabajado Pilar Manchón, es que el usuario no tenga que darle órdenes, sino que la tecnología se adelante a sus necesidades como si fuera un «mayordomo».

Uno de los súper – sensores ubicados en las oficinas de Smart IoT Labs en Sanlúcar la Mayor (Sevilla)

El método de funcionamiento de Miranda consiste en súper-sensores que se ubican en diferentes habitaciones y envían información sobre lo que ocurre en la casa al dispositivo central, donde se aloja la inteligencia artificial. A partir de ahí, el asistente virtual estudia, aprende, entrena y se adapta a los hábitos de comportamiento de cada familia, como sus patrones de consumo eléctrico, la temperatura del domicilio e incluso los electrodomésticos que usan en casa momento.

La propuesta de Smart IoT Labs es que su sistema sea capaz de integrar todos los dispositivos inteligentes de nuestro hogar, hacerlos funcionar de manera autónoma y que sirvan como complemento de los asistentes de voz que ya existen. Es decir, Miranda es completamente compatible con otros dispositivos como Alexa, Siri o Google Home. En su versión inicial, el dispositivo llevará algunas habilidades incorporadas, y después podrán descargarse diferentes aplicaciones para instalarle las que se quiera de modo específico.

Una de las posibles aplicaciones del dispositivo es la teleasistencia. Jesús González asegura que el proyecto se le ocurrió porque su abuela, que vive en Cádiz, se resbaló al caer de la cama y no pudo avisar al Servicio Andaluz de Salud mediante la pulsera de teleasistencia. La anciana pasó varias horas en el suelo hasta que un familiar llegó a su casa. Con Miranda, cuando el sistema inteligente detecte que, por ejemplo, una persona mayor lleva equis minutos sin moverse, o no ha hecho algo esencial en su vida diaria, se lance un aviso para alertar a los servicios de salud.

Otra de las funciones de Miranda es contribuir al ahorro energético. Con los actuales dispositivos, debe ser el usuario quien pregunte si, por ejemplo, se ha dejado alguna luz de casa encendida, esperar a que responda y dar la orden de apagarla. El sistema inteligente de Smart IoT Labs es capaz de detectar que una persona ha salido de su hogar y apagar la luz, la calefacción o el aire acondicionado sin necesidad de preguntar previamente. El entrenamiento mediante inteligencia artificial hace que, conforme más va conociendo al usuario, vaya anticipándose y resolviendo sus necesidades sin necesidad de recibir instrucciones.

Control de la privacidad y los datos personales

Una de las principales polémicas de los asistentes virtuales actuales es el uso que las grandes corporaciones como Amazon, Google o Facebook hacen de los datos personales de los usuarios. Para Smart IoT Labs, la privacidad es un factor fundamental.

El diseño de Miranda almacena los datos en el dispositivo que se encuentra en casa, sin que se suban a Internet. Lo definen como una «caja fuerte» de la vida privada del usuario. Si este no quiere, ningún dato sale del hogar ni se transfiere a la red. En este sentido, los fundadores de la empresa sevillana se muestran claros: «Nosotros no queremos ese conocimiento para vender información sobre tu privacidad, sino para darte un mayor valor añadido con un asistente cada vez más desarrollado. Queremos que el asistente de Smart IoT Labs sea como el mayordomo real: sabe a qué hora te levantas, qué desayunas, cuándo ves televisión, qué programas te gustan,… Pero no se lo cuenta a Amazon y Google para venderles esa información y que ellos te vendan lo que les interesa. Porque hoy es difícil pensar que si pones en tu casa un asistente de Amazon o Google que escucha tus órdenes, Amazon no va a sacar partido de eso para venderte según qué cosa, y Google no va a utilizar lo que tú le preguntas para que en el buscador te cambie tus preferencias».

La comercialización de Miranda

Tras su presentación en sociedad en la feria tecnológica Consumer Electronic Show (CES) a primeros de 2019, los socios de Smart Iot Labs tienen previsto poner en marcha una campaña internacional de ‘crowdfunding’ (micromecenazgo) en la plataforma Kickstarter para llegar a unos 3.000 usuarios. El objetivo es «conectar con el primer segmento de población más interesado: personas a las que les encanta comprarse estos dispositivos innovadores y sacarles partido para cualquier cosa que se les ocurre aplicar en casa».

La compañía ya tiene a Telefónica en su accionariado, y han participado en el desarrollo de Movistar Home. No obstante, y de forma independiente a la colaboración con operadores, el objetivo de Smart Iot Labs es desarrollar y comercializar un producto físico que se integre en los hogares.

Asimismo, la empresa ha sido una de las 9 seleccionadas por el ICEX para participar en la novena edición de Desafía San Francisco, un programa de inmersión en Silicon Valley, y que supone el punto de partida para entrar en el mercado norteamericano.

Prototipo de Miranda que Smart IoT Labs quiere desarrollar y comercializar