El antiguo Convento de Madre de Dios, situado en la calle de mismo nombre, alberga desde 2010 uno de los centros culturales de referencia de la ciudad. Con un modelo de gestión inspirado en la Casa Encendida de Madrid o los Caixa Fórum, el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus) se ha convertido en un lugar generador de cultura dirigida tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad en general.

Con el objetivo de integrar la vida cultural universitaria en el tejido urbano y atender a las manifestaciones artísticas no cubiertas por otros agentes de la ciudad, el Cicus combina su labor formativa con la organización de programas que abarcan la música, el teatro, el cine o la poesía. Asimismo, funciona como sede de importantes eventos culturales organizados desde otras entidades como el Festival de Jazz de Sevilla, organizado por Assejazz, o el Sevilla Swing Festival.

Uno de los programas más atractivos del Cicus es, sin duda, el ciclo 21 Grados que arrancó el pasado mes de junio y que todos los años se convierte en una de las mejores propuestas para las calurosas noches estivales en Sevilla. Flamenco, pop, rock, jazz, poesía, teatro, exposiciones y cine componen las casi 50 actividades veraniegas del Cicus.

Cine de verano en un espacio privilegiado

La mayoría de las actividades del Cicus se desarrollan en el patio central del edificio de estilo neoclásico de principios del siglo XX diseñado por el arquitecto Arévalo Álvarez Millán. En este espacio se ubica el cine de verano, una de las apuestas fundamentales del ciclo que ocupa la mayor parte de la programación estival (de lunes a miércoles en julio y de lunes a jueves durante el mes de agosto) y que supone una gran oportunidad para disfrutar en la gran pantalla de algunos de los títulos fundamentales de la historia del séptimo arte. Todas las películas se proyectan en versión original con subtítulos en español.

Como en ediciones anteriores, la cartelera se divide en diferentes ciclos según el día y el mes: ‘Filmoteca de Verano’, ‘Pioneros’, Bergman: la muerte y el espejo’, ‘Sonidos en blanco y negro’, ‘The Bright Side’, ‘Lunes de filmoteca’ y ‘Cicusdoc’ (dedicado a los documentales). En total son 23 los títulos que se proyectan hasta el próximo 11 de agosto entre los que se encuentran películas de humor de los Hermanos Marx, como Plumas de caballo (1932), que se proyecta el martes 2 de agosto; filmes de la primera etapa de Hitchcock en Inglaterra, como Sabotaje, de 1936, gran película de intriga, inspirada en una novela de Joseph Conrad y ambientada en Londres, que se proyecta el lunes 1 de agosto; o comedias más actuales como Amanece que no es poco (1989), de José Luis Cuerda, película de culto entre los aficionados al cine español, por su esperpéntico humor (se proyecta el miércoles 3 de agosto), o La vida de Brian (1979), la película más emblemática de los británicos Monty Python, que puede verse (y reírse) el jueves 4 de agosto.

La programación concluye con dos películas muy interesantes y que son un contrapunto a todo lo anterior. El miércoles 10 de agosto, Silvered water, a syrian selfportrait, sobre la devastadora guerra en Siria. Documental filmado en 2014, presentado en el Festival de Cannes, el punto de partida es inusual y atractivo. El cineasta sirio Ossama Mohammed, exiliado en París, le propuso a la joven cineasta kurda Wian Bedirxan, con la que se chateaba, llevar a la pantalla cómo se desarrolla la vida y muerte en un ambiente de guerra bajo las pautas mediáticas del mundo de hoy, donde los jóvenes se convierten en youtubers grabando la devastación que sufren bajo bombardeos que les matan, y cómo los diversos bandos en liza también graban imágenes de los combates para exhibir lo que les interesa.

Y el 11 de agosto acaba el ciclo cinematográfico con el documental The Wolfpack, realizado en 2015 en Estados Unidos por la norteamericana Crystal Moselle. Ganó el Gran Premio del Jurado del Festival de Cine de Sundance. El argumento se basa en el caso de siete hermanos que viven en un apartamento de Manhattan y todo lo que aprenden sobre la vida, en lugar de en la escuela o en la calle, es a través de las películas que ven en casa, donde están siempre y sin relación con el entorno social. A partir de ahí, todo cambia cuando uno de los hermanos decide salir de esa dinámica.

Artes escénicas y música contemporánea

La propuesta teatral del ciclo 21 Grados de lo que resta de programación llega, en primer lugar, los días 14 y 15 de julio de la mano de la compañía Wichita con Nosotros no nos mataremos con pistolasLa producción valenciana ha sido galardonada en diferentes certámenes y cuenta en su haber con un Premio Max. Nada que perder es el título de la obra que la compañía Cuarta Pared representará los días 21 y 22 de julio y que pondrá punto y final a las actividades escénicas veraniegas en el Cicus.

El flamenco transgresor de Niño de Elche o la electrónica experimental de I am Dive, incluidos en el ciclo Rock & Cicus, dieron paso, a finales del mes de julio, a las últimas propuestas musicales de la presente edición del ciclo 21 Grados.

El considerado «hombre orquesta contemporáneo», Javi Mora, presentó su ‘Música y cine Dadá’ el 28 de julio. A través de una ‘loop station’ crea piezas musicales interpretando en directo varios instrumentos musicales convencionales (batería, contrabajo, guitarra, piano, ukelele,…) y no convencionales (cajas de cartón, botes de metal, tornillos, maneki-nekos,…). El viernes 29 de julio fue el turno para L.A.R. Legido que interpretó una ‘Performance para hormigonera y batería’. La inquietud de este polifacético artista en la búsqueda de nuevas sonoridades ha dejado obras como el ‘Aquófono’, donde el sonido se relaciona con el elemento del agua, o la ‘Performance para Tractor y Batería’ (encargo de FIP – Festival Internacional de Percusión 2012) buscando sonoridades que provienen de la tierra.